domingo, 19 de mayo de 2024

Diabetes: Un poco de historia

La diabetes es bien conocida y referenciada desde hace muchos años. Una de las primeras referencias es el Papiro de Ebers, del 1500 a. C., encontrado por el arqueólogo alemán George Ebers en Luxor. Es un tratado de medicina en el que se incluía alguna referencia a los síntomas de la diabetes y a algunos de los remedios utilizados en la época. En la medicina ayurvédica también se hace referencia a la diabetes hace más de 3000 años. Se explica cómo la diabetes se caracteriza por un exceso de orina muy dulce y concentrada. Incluso ya en aquella época se describe otra forma de diabetes que afecta a varios miembros de una misma familia, preferentemente asociada a la obesidad. Cómo no, se trataba de la diabetes tipo 2. La época griega le dio el nombre definitivo de «diabetes» a la enfermedad, el cual significa «fluir» o «pasar a través». En aquel tiempo se interpretaba que la diabetes deshacía el cuerpo de las personas afectadas, eliminando las toxinas que la enfermedad producía mediante la orina.

 En las épocas posteriores se produjeron pocos avances en el conocimiento de la diabetes. No fue hasta el Renacimiento cuando se producen hallazgos importantes. En el siglo XVI Paracelso centró la enfermedad en un trastorno de la sangre y no de los riñones como se creía hasta el momento. En el siglo XVII se acuñó el término «mellitus», por el sabor dulce similar a la miel de la orina de las personas con diabetes. En el siglo XVIII la autopsia de un paciente permitió observar la atrofia del páncreas, por lo que se empezó a establecer las primeras líneas de investigación que relacionaban la diabetes con el páncreas. En 1867, se identifican un grupo de células del páncreas que tienen una función diferente al resto, los llamados islotes de Langerhans. 

Poco tiempo después se comprobó que, al extirpar el páncreas de un animal, este desarrollaba rápidamente la enfermedad. Uno de los pasos más significativos se produjo en 1921, cuando los doctores Banting y Best fueron capaces de inyectar a un animal con diabetes (la perrita Marjorie) un extracto de jugos pancreáticos. Comprobaron cómo ese extracto pancreático reducía rápidamente los niveles de glucosa en sangre. El tratamiento con insulina para la diabetes tipo 1 se extendió rápidamente por todo el mundo, y llegó a España en 1922 de manos del doctor Rossend Carrasco I Formiguera. En este último siglo, los avances han sido extraordinarios, tanto en el control de la diabetes tipo 1, con insulinas más parecidas al perfil fisiológico, infusores continuos de insulina o sensores de glucosa; como en la diabetes tipo 2, con una gran variedad de fármacos que ayudan a obtener un óptimo control glucémico y la reducción de la mortalidad de las personas afectadas.